Iglesia de los Sagrados Corazones y del Monumento al Sagrado Corazón de Jesús de San Juan de Aznalfarache
Su situación dominante desde lo alto de un cerro y su cercanía al río convierten a esta localidad en un lugar privilegiado. Turdetanos, romanos, árabes y cristianos aprovecharon este enclave estratégico, formando a su paso la historia de este lugar.
Entre el 1193 y el 1197 el califa almohade Abu Yusuf al-Mansor mandó construir una fortaleza en este lugar, con una alcazaba o palacio en su interior, el Hins Al-faray o Castillo del Miradero, topónimo del que derivó "Alfarache" primero y "Aznalfarache" después. Tras la reconquista, en 1243, el Castillo pasó a manos de la Orden militar de San Juan de Jerusalén, dando lugar a la primera parte del topónimo que nos ha llegado finalmente como San Juan de Aznalfarache.
Después este castillo pasó a los Cartujos, quienes permutaron el bien a los Franciscanos. Parece que para este momento el castillo se encontraba ya bastante deteriorado. Los frailes levantaron entre el XVI y el XVII un convento y una iglesia. El convento desapareció en la época de las desamortizaciones, pero la antigua iglesia del convento nos ha llegado convertida en la actual parroquia de los Sagrados Corazones.
En la actualidad se encuentra unida al complejo monumental dedicado al Corazón de Jesús, junto a los jardines de la casa Betania, donde se encontraba antiguamente el cementerio del pueblo.
El templo es de planta de cruz latina, con cuatro tramos, crucero y capilla mayor cuadrada, cubierto con bóvedas de cañón exceptuando el crucero, que se cubre con una bóveda semiesférica. En las pechinas encontramos decoración de hojarasca enmarcando escudos nobiliarios. La única portada está en la fachada de los pies, a la que se encuentra adosada una torre rematada con un sencillo capitel.
Destacamos el retablo mayor, fechado en 1639, cuya estructura es obra de Miguel Cano, con cinco lienzos del pintor sevillano Juan del Castillo.
Estas pinturas representan episodios de la vida de San Juan Bautista y de San Juan Evangelista. El Bautismo de Cristo, San Juan Evangelista en la isla de Patmos, La Predicación de San Juan Bautista, El Nacimiento de San Juan Bautista y San Juan Evangelista en la tina. Estas obras del maestro de maestro de Murillo han sido recientemente restauradas por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
Alonso Cano participó como escultor y a Gaspar de Rivas se le encargó dorar el retablo, ya que Castillo falleció antes de poder terminar la obra.
La cabeza cortada del santo que se encuentra sobre el camarín central es obra del escultor Agustín Muñoz. Este camarín está decorado con pinturas de temas marianos y de santos del XVIII y guarda una escultura moderna de la Virgen con el Niño.
La arquitectura lignaria, las esculturas y las pinturas se realizaron en origen para decorar el presbiterio de la parroquia de San Juan de la Palma (Sevilla), lugar en el que permaneció hasta 1710, fecha en que pasó a la iglesia del convento de San Antón, de frailes franciscanos menores (actual parroquia).
En los muros laterales del presbiterio se encuentran dos lienzos, uno representando a Cristo y otro a San Felipe, ambos de Pablo Legot, fechados en 1647. Estos cuadros forman parte de un apostolado que está distribuido por la iglesia y por otras dependencias anejas. Sobre estas pinturas se encuentran otras dos, una con la Adoración de los pastores, de fines del XVII de un discípulo de Murillo, y otra con la aparición de Cristo a Santa Teresa de la misma fecha.
En la parte izquierda del crucero tenemos un retablo de fines del XVII, atribuido a Fernando de Barahona con una imagen central de la Inmaculada, y con una Santa Bárbara y una santa dominica en las calles laterales. En el ático un relieve con La Última Cena. Al lado un lienzo representando a San pedro, de Pablo Legot, que forma parte del apostolado mencionado.
En el brazo derecho del crucero encontramos otro retablo con la misma estructura y fecha, también atribuido a Barahona, que tiene como imagen central a la Dolorosa, acompañada por San Juan y por la Magdalena. En el ático un relieve con el Descendimiento.
En el muro izquierdo de la nave tenemos tres retablos. El más cercano a la puerta tiene un lienzo con la aparición de la Virgen a San Ignacio, de 1943, de Rafael Blas Rodríguez. El siguiente está dedicado a San Miguel, fechado a fines del XVII. El tercero está fechado en 1725, dedicado a San José, acompañado por las imágenes de Santa Isabel de Hungría y de Santa isabel de Portugal, en el ático un relieve con los Desposorios. Sobre este muro tenemos dos lienzos, uno representando la Última Cena, de principios del XVII, y otra con el Padre Eterno, esta última de Juan de Espinal de finales del XVIII.
En el muro derecho tiene otros tres retablos. El que se encuentra junto al crucero es de fines del XVII, dedicado a San Antonio de Padua, acompañado de Santa Clara y Santa Rosa de Lima, y en el ático un relieve de la Predicación de San Antonio. El siguiente altar posee un lienzo de gran tamaño de la Sagrada Familia con San Juanito, de fines del XVII. El último retablo es una pintura de la Aparición de Cristo a una Santa, firmado por rafael blas rodríguez en 1943. Sobre estos retablos también dos lienzos, uno del XIX, copia del Abrazo Místico de Cristo a San Francisco de Murillo, y otro de la segunda mitad del XVII con la Estigmatización de San Francisco.
La Sacristía es de estilo neomudéjar, con planta rectangular dividida en dos tramos por un arco polilobulado que se apoya en columnas de mármol con capitel de avispero. Se cubre con bóvedas de nervaduras de tipo califal, con muros alicatados. Posee un retablo de cerámica de estilo neogótico con una Virgen con Niño y ángeles. Por las galerías y dependencias anejas al templo encontramos diversas pinturas, entre los que destacan los lienzos del apostalado de legot; también encontramos una Magdalena de Juan de Espinal, otro del martirio de San Fausto firmado por “Fernández pinxit” , dos escenas de la Pasión del XVIII, cinco con temas de la vida de la Virgen tb del XVIII, otro de nuestra señora de los Portentos del XVII, otro con la Virgen entre San Benito y San Bernardo, de la escuela flamenca del XVI.
Monumento al Sagrado Corazón de Jesús
Entre 1945 y 1949 se levanta aquí el monumento diseñado por el cardenal Pedro Segura y Sáez, con el proyecto del arquitecto Aurelio Gómez Millán. Se trata de un inmenso mausoleo destinado a albergar los restos de este cardenal y de su familia.
El complejo funerario-religioso está construido sobre una superficie de tres hectáreas en la barriada llamada de Nuestra Señora de Loreto (patrona de la aviación), llamada así por haberse construido principalmente para los trabajadores de la base aérea de tablada en Sevilla. Aunque hoy día se la conoce como barriada del monumento, sus calles siguen llevando nombres de bases aéreas españolas.
En el complejo se aprecia una clara unión de estilos artísticos que van desde el neomudéjar al barroco. Construido así, en un estilo historicista, se compone de dos núcleos independientes comunicados por un patio semicircular porticado, en cuyo centro se levanta el imponente monumento al sagrado Corazón de Jesús. Se trata de una imitación de la plaza de san Pedro de Roma, a menor escala con sus 75m de diámetro. Alrededor del patio se encuentran el convento de la visitación, la capilla del Perdón, la escuela de las teresianas, el jardín de Betania con hospedería y la casa de ejercicios con sus dependencias, y la Iglesia de los Sagrados Corazones. Se ha aprovechado la ladera del monte para realizar un itinerario devocional, con altares y terrazas ajardinadas intercaladas que trazan desde la entrada un recorrido dedicado a los misterios del rosario.
Frente a la rotonda de entrada, encontramos un Triunfo dedicado al Corazón de María, con una Virgen del Amparo que es una joya labrada en piedra y mármoles. Este es el primero de los tres caminos que se dedicaron al rosario. Es una copia de la Virgen del Amparo de la iglesia de Santa María Magdalena de Sevilla. El cuerpo central tiene relieves en sus lados dedicados al rosario.
Una vez llegamos arriba, nos encontramos con el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús. Está compuesto por un cuerpo de ladrillo visto con detalles mudéjares y neobarrocos que sostiene al Sagrado Corazón de Jesús, la obra en mármol blanco de 8 metros de José Lafita. El conjunto de la torre y la escultura miden un total de 41 metros de altura. En el cuerpo central de basamento encontramos altares en tres de sus caras, con un crucificado, la Coronación de la Virgen y la Transfiguración de Jesús, y la puerta de la capilla en la cuarta cara. Se trata de una capilla votiva pequeña, con mármoles de colores y un altar dedicado a la sagrada cena.
En la cripta subterránea se encuentra la capilla de San Pío X, donde se encuentra enterrada la familia Sánchez-Dalp, Además, hay otra capilla que corresponde a la viuda de Urcola. En el panteón del cardenal, de mármol rosa, gris y negro, se encuentra una Virgen de las Misericordias de alabastro. En dicha capilla se encuentran enterrados los padres de Pedro Segura, Santiago Segura Arroyo y Juliana Sáenz, y sus tres hermanos; Quintín, Emiliano y Paz Segura y Sáenz, y los restos del propio Pedro Segura.
Trabajo realizado por la alumna-trabajadora Dña. Beatriz Canto Fernández
BIBLIOGRAFÍA:
Guía artística de Sevilla y su provincia, Fundación José Manuel Lara