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Parroquia de la Inmaculada Concepción

Se encuentra situada en la Calle Real, antes denominada "Camino Real"  por ser la vía entre Sevilla y Huelva desde la reconquista de Sevilla y el Aljarafe.

Esta zona fue una alquería árabe, con una mezquita que  utilizaba  Fernando III “El Santo” como capilla de su campamento. De ésta época data la ermita de Santa María en la Calle Real de Castilleja de la Cuesta.

En el año de 1.400, concretamente el 16 de enero el arzobispo de Sevilla  (don Gonzalo de Mena y Roelas) cedió perpetuamente a los frailes de la Tercera Regla de San Francisco, la iglesia parroquial de San Juan de Aznalfarache a la que pertenecía esta ermita. A comienzos de 1.615, esta ermita fue elevada a parroquia.

Son los franciscanos los que la bautizan con el nombre de Santa María de la Concepción, comenzándose a venerar la imagen de la Inmaculada Concepción.

Hasta 1.634 la ermita perteneció a la  Villa de Tomares.  Su arquitectura ha sido restaurada en dos ocasiones,  en 1752 y en 1834. 

En la fachada encontramos la puerta principal, situada a los pies de la parroquia, con un arco escarzano enmarcado por una sinuosa moldura mixtilínea de ladrillo. Se completa la portada con losas de mármol que a su vez vuelven a enmarcarse con ladrillo. A los

lados aparecen dos imágenes en cerámica de una Inmaculada Concepción y otra de un Jesús del Gran Poder.

Cierra la  fachada principal  una espadaña construida a comienzos del siglo XX con dos vanos en los que se sitúan las campanas. Esta cubierta de mármol blanco y motivos decorativos de cerámica azul y rematada por una cruz.

En la Iglesia al entrar nos encontramos con que el interior es muy rico y se encuentra  bien conservado.  El templo consta de una sola nave cubierta con tejado a dos aguas y en la cabecera una bóveda vaída.

En la parte derecha aparecen adosadas tres capillas: la primera la Capilla Bautismal le sigue la Sacramental y  la de María Santísima de los Dolores y entre ellas unos retablos.

En la parte izquierda vemos un retablo y varias hornacinas.

En la nave de la epístola, muy cerca de la puerta principal, a la derecha, vemos  la Capilla Bautismal en cuyo centro se ubica la pila de Bautismo, antigua, de mármol blanco, reformada y en un rincón una pequeña que es la que se tiene al uso.

La capilla esta presidida por la Virgen del Rocío, talla donada por una vecina de Castilleja de la Cuesta al fallecer su marido por el que se ofrece  una misa anual en su aniversario.

En los laterales de la Capilla hay dos tallas de pequeño tamaño una de Santa  Ángela de la Cruz y otra de la Virgen de Fátima.

A continuación encontramos un retablo con  las Imágenes de San Juan del Prado, del siglo XVII y las de Santa Marta y el Corazón de María. 

Un poco más adelante hay una repisa tallada y dorada que cobija una escultura del siglo XVII de San Antonio de Padua.

Le sigue otro retablo que contiene cuatro imágenes: en el centro se halla una escultura de San José del siglo XVIII; a su derecha una Santa Clara, del siglo XVII, y a su izquierda Santa Inés. En la base de este retablo hay una pequeña urna con la talla de un Niño Jesús, del siglo XIX, donado  por don José Marín Oliver. 

Seguidamente está la capilla de la Virgen de los Dolores, construida en 1.965.

La capilla vemos la Imagen de María Santísima de los Dolores, una obra de comienzos del siglo XVIII, atribuida al taller de Pedro Roldán, que  procede del convento de Consolación, de monjas mínimas de la calle Sierpes.

Originalmente era de busto con las manos entrelazadas pero  para poder procesionar en la estación de penitencia se le realizó un juego de manos.

Posteriormente ha sufrido varias reformas la más destacada, a principios del siglo XX, en la que  le fueron sustituidos los ojos tallados y pintados, por unos de cristal. Las siguientes fueron pequeños retoques y fortalecimiento de la estructura interna.

La última es la Sacramental o del Sagrario, en cuyo altar se encuentra la Imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, obra de mediados del siglo XVIII, atribuida a Francisco Antonio Ruiz Gijón (Utrera 1653 - Sevilla 1720) o a Pedro Roldán (Sevilla 1624-1699). Es una talla de gran calidad y belleza con un excelente modelado sobre todo en manos, piernas  y pies.

Destaca en esta dependencia el zócalo de azulejos realizado por el maestro local Juan Oliver Migues entre los años 1940-50. 

En la nave central encontramos un  retablo principal procedente de uno de los tres conventos  desaparecidos de la Calle Sierpes de Sevilla, el Convento de  Mínimas,   obra de Cristóbal de Guadix, construido entre 1702 y 1706. 

El retablo es barroco, compuesto por tres calles, muy recargado, con cuatro columnas salomónicas y cuatro esculturas flanqueando a la imagen principal de la Inmaculada Concepción (La talla original, del siglo XV quedó completamente deteriorada tras un incendio en el templo parroquial, a ésta la sustituye otra realizada a comienzos del siglo XVII, a ésta  otra realizada por el escultor Gumersindo Jiménez Astorga en 1878).

En 1917 tras otro incendio, se vuelve a estropear y es restaurada por el escultor José Sanjuán Navarro (Sevilla 1890-1958) que le colocó un cuerpo anatomizado,  le dejó los pies descalzos y la fijó sobre una nube dorada repleta de cabezas de ángeles.  El trabajo realizado no les gustó a los devotos y esta vez la restaura  Carlos González Eiris.  En el año de 1944, de nuevo el escultor José Sanjuán Navarro restauró las manos y varias partes de la imagen.

En los años 50 del siglo XX, el escultor Sebastián Santos Rojas  le aplicó un  repolicromado.   En esta época  es ataviada de un modo especial y original, recordando los lienzos de Murillo y de otros autores barrocos. 

Por último, en el año 2002 la imagen fue consolidada y fortalecida por Fuensanta de la Paz Calatrava y Antonio García Guerrero.

La escultura actual de la Inmaculada está tallada en madera de cedro, en un principio era de candelero.  Lleva unos tirabuzones  sobre las sienes por lo que es conocida por “la Inmaculada de los tirabuzones”.

En la nave de Evangelio más adelante se ve una hornacina donde hay un Calvario con imágenes de tamaño natural: Nuestra Señora de la Piedad y el Cristo de la Vera-Cruz, ambos del siglo XVII, y San Juan del XVIII.

A los pies de la nave se hallan dos hornacinas que guardan una Custodia Procesional del siglo XIX, y la Imagen de la Virgen del Carmen, del XIX.

Sobre la puerta de entrada hay un posee un coro alto con un órgano del siglo XVIII, procedente de la iglesia hispalense de San Juan de la Palma.

Redacción e imágenes de la alumna-trabajadora: Doña María Asunción González Díaz

La mayoría de los lienzos que se reparten por los muros del templo proceden del desaparecido convento de Nuestra Señora de la O de Castilleja de la Cuesta entre ellos hay cuatro pintados por Juan de Roela a comienzos del siglo XVII.

Iglesia Santiago Apostol

La Parroquia de Santiago Apóstol es la Iglesia Parroquial  de Castilleja de la Cuesta, goza del patronazgo perpetuo de uno de los doce apóstoles de Jesús, “Santiago el Mayor”,  el más conocido de todos los santos de España. Fue edificada en la Baja Edad Media, es una obra mudéjar del siglo XIV, los primeros datos sobre su construcción datan del año 1.370, aunque el cuerpo inferior de su torre son del siglo XII.

Es a partir del siglo XVI cuando empieza a  sufrir restauraciones,  pasando de una sola nave a tener tres en el siglo XVII  (la primera en 1.575, la siguiente en 1.755 y una tercera y definitiva en los años 1.884-1.885 que es la que ha dado la forma actual al recinto).

En la fachada hay solamente una puerta, colocada en la nave izquierda, perteneciente al siglo XIX  y reformada en el siglo XX. Se puede observar también la torre con su campanario, obra realizada en el siglo XVIII, rematada por un chapitel piramidal.

Consta de tres naves. La nave central tiene una bóveda de crucería y separadas por pilares, las naves laterales  con techo de madera a dos aguas. 

La NAVE CENTRAL  decorada al fresco por el  pintor y ceramista Don Juan Oliver Miguez  (natural de Castilleja de la Cuesta 1899-1963 y también y autor  de los frescos de la capilla del Sagrario)  junto a su primo Alfonso Cháves en los que se combinan los estilos góticos, renacentistas y barrocos.  Acostumbraba a incluir en sus obras la figura de un pajarito y otras veces añadía la palabra latina pinxit (pintó.)

En el Retablo principal, se encuentra la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, obra anónima del siglo XVI,  de las primeras del Barroco sevillano, la talla tiene los labios entreabiertos dibujando una suave sonrisa, la nariz recta y los ojos pintados,  caídos y lánguidos. En el siglo XVIII el escultor Juan de  Astorga se los coloca de cristal. Esta imagen procesiona en la tarde-noche del Viernes Santo y del Domingo de Resurrección.

A su lado la imagen de Santo Domingo de Guzmán y del Apóstol Santiago, ambas del siglo XVIII.

Al fondo de la nave central, bajo el coro donde se localiza un órgano del siglo XIX, encontramos dos  pinturas pertenecientes al antiguo retablo mayor, una de la Inmaculada Corazón de María y otra del Sagrado Corazón de Jesús también del siglo XIX.

En la NAVE DEL EVANGELIO encontramos:

1.- Un Retablo de estilo neoclásico, de tres calles. En la calle central vemos una imagen de la Virgen de la Expectación del siglo XVII tallada por Francisco de Ocampo (Jaén 1579 – 1639) discípulo del afamado escultor sevillano, Martínez Montañés, máximo exponente de la escuela sevillana de imaginería.  La imagen aparece de rodillas y con las manos unidas. En su vientre tiene un hueco con la imagen del Niño Jesús (actualmente ausente). A esta imagen se le encomiendan las futuras madres de Castilleja de la Cuesta, y la obsequian con flores después del parto.

En los laterales del este retablo aparecen las esculturas de un San Juanito y un Niño Jesús ambos atribuidos al taller de  los hermanos  Ribas, Felipe y Francisco Dionisio en el siglo  XVII, procedentes de Córdoba y activos en Sevilla desde 1632, notables ensambladores de retablos y escultores, a los que acompañaba su hermano Gaspar, maestro dorador y pintor  encargado fundamentalmente del policromado de los trabajos de éstos.

En la parte superior del Retablo encontramos una escultura de San Cayetano del siglo XIX.

2.- La Capilla del Santo Sepulcro  donde aparece un pequeño Retablo con las imágenes de una Magdalena del siglo XVII y del siglo XVIII: un San Juan, atribuido a Benito de Hita y Castillo y de Guzmán,  conocido por Benito Hita del Castillo  (uno de los pilares del arte sacro sevillano en el siglo XVIII,  junto a José Montes de Oca, Pedro Duque Cornejo y Cristóbal Ramos)   y una Dolorosa muy remodelada. 

A destacar en esta capilla la impresionante imagen de Nuestro Padre Jesús de los Remedios yacente con articulación en los brazos, en una urna de madera dorada atribuida a Marcelino Roldán a principios del siglo XVIII.  La fecha de realización se estima en torno a  1703. Esta imagen, propiedad de la Hermandad Sacramental de la Soledad, procesiona el Viernes Santo y lo hizo por primera vez en 1980.

Ha sufrido dos restauraciones: una correspondiente a fines del siglo XVIII, tras la fusión llevada a cabo con la Hermandad de la Veracruz.

La primera de estas viene recogida en el libro de Datas de la Hermandad correspondiente al periodo (1797-1885) y una segunda, más reciente realizada en 1985 por el profesor Francisco Arquillo Torres en la que se le realizó una limpieza completa, se le fijaron los brazos con unas espigas de madera, se le cubrieron, los agujeros de las potencias y finalmente se le restituyó la policromía que le faltaba.

En esta misma Capilla aparecen: las esculturas de dos ángeles y un cuadro de la Santísima Trinidad y un lienzo de San Jerónimo (siglo XVII) sobre la puerta de acceso a ella.

En la NAVE DE LA EPÍSTOLA podemos ver:

1.- Un Retablo dedicado a San Francisco de Asís con la imagen del siglo XVIII sosteniendo una bandera y una cruz de plata y en la parte superior una pintura de la presentación de Jesús al pueblo.  Junto a él un lienzo de la Virgen del Carmen y de las ánimas Benditas del siglo XVIII.

2.- La Capilla Sacramental con un retablo de estilo neoclásico, de madera tallada y dorada con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús del siglo XIX y a los lados de San Diego de Alcalá y San Pedro de Alcalá ambas del siglo XVII.

Dos lienzos de San Isidoro y San Alejandro ambos atribuidos al famoso pintor y grabador sevillano Valdés Leal (1622-1690) y otros dos lienzos que representan a la Santa Faz y la Flagelación del Señor.

También encontramos una escultura de una Inmaculada del siglo XVIII, atribuida al discípulo de Pedro Roldán nacido en Sevilla,  Pedro Duque Cornejo (1677-1757) escultor, pintor y retablista barroco de la escuela sevillana y una talla de Nuestra Señora del Rosario del siglo XVI, atribuida a Miguel Adán, discípulo de Juan Bautista Vázquez el Viejo, su actividad artística se desarrolló principalmente en Sevilla, ciudad en la que el 1 de diciembre de 1588 formó parte del tribunal examinador que acreditó la suficiencia en escultura y diseño de retablos del entonces aspirante Juan Martinez Montañes.

Ubicada en un altar lateral de esta nave, encontramos  la talla de Santiago el Mayor a caballo, patrón del Municipio, comprada y donada a la hermandad de la Soledad y Santo Entierro en 1822 por el hermano de la corporación José Oyega, además de una bandera y espada que porta dicha talla. Es una obra neoclásica, realizada a principios del siglo XIX y atribuida, por sus rasgos  a Juan de Astorga. Bajo el caballo del santo aparecen dos figuras de moriscos. Hasta 1966 procesionaba cada 25 de Julio, junto a la Virgen de la Soledad en el misterio de Pastora de las Almas  en la actualidad sus salidas procesionales son ocasionales.

TESOROS DEL ALJARAFE

Web realizada por los alumnos-trabajadores del T.E. El loreto 2014.

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