Estamos en la localidad de Castilleja del Campo, en la provincia de Sevilla, situada en al antigua carretera que nos lleva hasta Huelva, a unos 33 kms de la capital y ya lindando con dicha provincia. De pocos habitantes, guarda entre sus casas la iglesia que hoy nos ocupa, la de San Miguel Arcángel.

 

 Data del s. XVIII, construida sobre los restos de una anterior de estilo gótico mudéjar que el terremoto de Lisboa de 1755 dejó muy maltrecha. Esa primitiva iglesia era de tres naves y parece ser que tenia una bóveda nervada sobre la capilla mayor. En la reforma se aprovecha y se deja en una sola nave. Se realiza la obra entre 1760 y 1762 y la cubierta tiene un artesonado de la misma época  que guarda una inspiración mudéjar además ganando bastante altura en dichos trabajos. El presbiterio esta separado del resto por un arco de medio punto rebajado y rematado por una bóveda baída sobre pechinas. Sobre el muro izquierdo se construye en el s. XIX una capilla mas de planta cuadrada y se  realiza también el coro que sobre una estructura de forja, lo hallamos a los pies de la nave. También había en tiempos aquí en esta posición una portada, hoy cegada.

 

La mayoría de las imágenes son de la primera mitad del s. XVIII aunque destaca una Virgen del Rosario de 1580 del circulo de Jerónimo Hernández y un San Sebastian del s. XVI. Flanqueando el presbiterio podemos encontrar dos lienzos del s. XIX, una Inmaculada y una copia del San Félix de Cantalicio de Murillo.

El altar de la capilla  mayor posee un retablo realizado por Luis de Vilches hacia 1742. La imagen de San Miguel es obra de Marcelino Roldan en 1758 y del mismo autor es un San Juan Bautista que acompaña al anteriormente citado San Sebastian. Se halla en el sagrario un crucificado de finales del s. XVI realizado en pasta de junco o papelón. Por ultimo también vemos una talla del niño Jesús del XVIII.

También hay una imagen de candelero de la Virgen del Buen Suceso del S. XIX y de 1905 data un lienzo cuyo tema es la Pureza de la Virgen. 

 

Hay una talla del s. XX, de 1943, de muy buena factura que es una Dolorosa realizada por Castillo Lastrucci que según se dice es la imagen de una joven del lugar de la cual el imaginero estaba prendado.

 

 Cabe destacar  en el exterior que la veleta que corona la torre es un San Miguel realizado en forja que data de 1761 aunque restaurada recientemente y el color que hoy vemos de los muros ,rojo teja y blanco, es la combinación original. Al igual que esta veleta, partes importantes de nuestro templo fueron restauradas en el s.XX, como por ejemplo el cambio del suelo en 1917, la ampliación de la capilla de Ntra. Sra. del Buen Suceso, patrona de la localidad y  las cubiertas por las filtraciones que deterioraban el artesonado, procediéndose a la reparación de la techumbre en 1997.

 

 La torre que alberga el campanario también se halla restaurada tanto el interior como la azulejería que recubre el remate piramidal que se encontraba en mal estado.

También posee esta iglesia algunas destacables piezas de orfebrería como un cáliz de plata de finales del s. XVIII, repujado y muy decorado y otro, liso, de la misma época de los plateros Guzmán y García.