La Iglesia de San Pablo es una de las joyas de la arquitectura gótico-mudéjar sevillana, un estilo arquitectónico desarrollado tras la reconquista cristiana durante los siglos XIV y XV y que fusiona elementos tomados de las tradiciones cristiana e islámica.

Se trata de un edificio de planta basilical que consta de tres naves separadas por arcos sobre pilares en forma de cruz y con cubierta con armadura de madera.

 

 

Exterior

 

La cabecera de la Iglesia está decorada con mosaicos del siglo XVI que alternan con azulejos del XV.

Otros elementos a destacar son los tres bellos óculos ,actualmente cegados, y las portadas (siglo XVI):

-  a la principal se le conoce popularmente como la de Los Novios, se encuentra a los pies de la Iglesia y está decorada a base de ladrillos rojos y amarillos. En ella se encuentra un azulejo de la Virgen de la Angustia en el que se lee la fecha de terminación de las obras de la Parroquia.

-  la otra, en el muro derecho, es conocida como La del Porche y en ella se alternan hiladas de ladrillos

Ambas están datadas hacia 1500.

También merece mención especial la torre, cuya característica más llamativa es estar exenta del cuerpo de la Iglesia, lo que hace indicar que es anterior a la misma.  Parece que fue el alminar de una antigua mezquita y  presenta dos estilos correspondientes a dos etapas constructivas diferentes. La parte inferior, el cuerpo de la torre, es obra mudéjar; mientras que el remate es barroco, y está decorado con azulejos.

El cuerpo de campanas, decorado con azulejos, pertenece al último tercio del siglo XVIII.

 

 

Interior

 

El retablo mayor procede originariamente de la Ermita de Gelo, es de finales del siglo XVII, y está atribuido a Fernando de Barahona. La imagen titular es San Pablo. Acompañando a esta imagen encontramos un Cristo Crucificado, y un San José de la Escuela de Juan Martínez Montañés , ambos del siglo XVIII.

 

La Sacristía se encuentra también plagada de obras de gran interés  como pinturas del siglo XVII (“Cristo de San Pablo”) o piezas de orfebrería religiosa y libros de los siglos XVII y XVIII.

 

En una capilla lateral encontramos una imagen del niño Jesús, también de Juan Martínez Montañés; así como pinturas del siglo XVIII.

 

Finalmente, la Hermandad de Santiago Apóstol posee cuatro tallas de Antonio Castillo Lastrucci.

 

 

 

 

 

Un incendio ocurrido el 17 de Septiembre de 1932  supuso un verdadero desastre artístico pues acabó prácticamente con todo, excepto con lo anteriormente expuesto.

Pérdidas de valor incalculable fueron, por ejemplo, el Retablo mayor y el Coro de nogal del siglo XVIII, un facistol móvil, la Custodia de plata, las imágenes de la Virgen de las Angustias, San José, San Francisco y la Virgen del Carmen. La escultura de mayor valor que se perdió en tan desafortunada fecha fue la de la Virgen de la Piña, del siglo XIV.